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¿Qué es la Copa Mundial?

Part of ¿Qué fue?

Illustrated by Stephen Marchesi
Translated by Yanitzia Canetti
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Paperback
$7.99 US
5.38"W x 7.63"H x 0.29"D   | 5 oz | 60 per carton
On sale Sep 06, 2022 | 112 Pages | 9780593522646
Age 8-12 years | Grades 3-7
Reading Level: Lexile 870L
GOOOLLLLLASSSOOOOO! Prepárate para asistir en primera fila al evento deportivo más visto del planeta: la Copa del Mundo
 
GOOOLLLLLASSSOOOOO! Discover the magic behind the world's most watched sporting event, the World Cup, in this Spanish entry in the WHO HQ series!


Cada cuatro años, treinta y dos de los mejores equipos de fútbol masculino de todo el mundo compiten por el título de campeón de la Copa Mundial de la FIFA. Más de mil millones de personas sintonizaron sus TV en todo el mundo para ver el partido final de la competición de 2014, lo que convierte a la Copa del Mundo en el acontecimiento deportivo más visto del planeta, ¡incluso por encima de los Juegos Olímpicos de verano! Este libro repasa lo que ha cambiado desde el primer torneo en 1930 y lo que le espera al deporte más popular del mundo.
 
Every four years, thirty-two of the best men's soccer teams from across the globe compete for the title of FIFA World Cup winner. Over one billion people tuned in worldwide to watch the final game of the 2014 competition, making the World Cup the most widely viewed sporting event in the world, exceeding even the Summer Olympics! This book takes a look back at what has changed since the first tournament in 1930 and what lies ahead for the most popular sport in the world.
Bonnie Bader has written several Penguin Young Readers. She lives in Brooklyn, New York. View titles by Bonnie Bader
Who HQ is your headquarters for history. The Who HQ team is always working to provide simple and clear answers to some of our biggest questions. From Who Was George Washington? to Who Is Michelle Obama?, and What Was the Battle of Gettysburg? to Where Is the Great Barrier Reef?, we strive to give you all the facts. Visit us at WhoHQ.com View titles by Who HQ
Stephen Marchesi lives in Croton-on-Hudson, NY. View titles by Stephen Marchesi
¿Qué es la Copa Mundial?
 

Ciudad de México
 
 
El 21 de junio de 1970, más de cien mil aficionados al fútbol abarrotaron el Estadio Azteca. Estaban allí para ver la final de la Copa Mundial entre Brasil e Italia. Por primera vez, dos bicampeones de la Copa Mundial (Brasil en 1958 y 1962, e Italia en 1934 y 1938) se enfrentarían.
 
También fue la primera vez que un partido de la Copa Mundial se televisó en color, no en blanco y negro. Los jugadores brasileños vestidos con camisetas amarillo canario y shorts azul claro, y los italianos, de azul y blanco, corrían de un lado a otro sobre el césped verde intenso.
 
A los veinte minutos de juego, la estrella brasileña Pelé remató de cabeza el balón y superó al portero italiano. Brasil ganaba 1-­0. Luego, Italia igualó el marcador. La tensión aumentó. Pero el equipo brasileño era fuerte. Regatearon y pasaron el balón de un lado a otro del campo y ¡GOL!
 
Brasil iba ganando por un punto. ¿Podrían mantener la ventaja? Eso parecía. Cinco minutos más tarde, Brasil marcó otro gol, poniendo el marcador 3-­1.
 
Entonces, un delantero brasileño en el lateral izquierdo pasó el balón a un compañero que regateó entre cuatro jugadores italianos. Tras otro pase, Pelé tenía el control del balón. Con calma, con tranquilidad, sereno, Pelé pasó el balón al capitán del equipo, Carlos Alberto, quien lo estrelló con su pie derecho en la esquina de la red. Los aficionados brasileños enloquecieron. Brasil no solo había asegurado la victoria, sino que el mundo acababa de presenciar uno de los goles más bellos y memorables de la historia de la Copa Mundial.
 
 
CAPÍTULO 1: El inicio de los Juegos
  
 
Cada cuatro años, los aficionados al fútbol abarrotan los estadios de todo el planeta para animar a sus equipos en la Copa Mundial. Varios millones más ven los partidos por televisión. El Mundial, como también es conocida la Copa, es el evento deportivo más visto en el mundo.
 
El soccer, conocido fuera de Estados Unidos como fútbol, se jugó por primera vez en 1863 en Inglaterra. Poco después, varios clubes se unieron formando la London Football Association (Asociación de Fútbol de Londres). Desde entonces, este deporte ganó rápidamente popularidad en todo el mundo. ¿Por qué? Porque el fútbol es un deporte muy fácil de jugar. Todo lo que se necesita (además de los jugadores) es un campo y un balón. Las porterías se pueden hacer con cualquier cosa: cubos de basura, conos, incluso mochilas. Pero en los partidos oficiales hay reglas sobre el campo, el balón y el equipo que usan y llevan los jugadores.
 
En 1904, se fundó en París una organización internacional de fútbol llamada Fédération Internationale de Football Association (Federación Internacional de Fútbol Asociado), o FIFA. Al principio solo siete países eran miembros: Francia, Bélgica, Dinamarca, Holanda, España, Suecia y Suiza. Al año, el número aumentó a quince tras la adhesión de Alemania, Austria, Inglaterra, Hungría, Irlanda, Italia, Escocia y Gales. La FIFA quería celebrar un torneo en 1906. Pero nunca se celebró. ¿Por qué? ¡Porque ninguno de los equipos envió una solicitud para jugar!
 
En 1924, la FIFA tenía un nuevo presidente, Jules Rimet. En los Juegos Olímpicos de Verano de 1928, Rimet y el congreso de la FIFA intentaron de nuevo organizar un campeonato de fútbol internacional.
 
Uruguay, que había ganado la medalla de oro olímpica de fútbol, fue seleccionado para organizar la primera Copa Mundial.
 
Sin embargo, algunos países de la FIFA no estaban de acuerdo. Uruguay está en Sudamérica, y se quejaron de que tardaría demasiado llegar allí. Por entonces, se viajaba en barco, y tomaba mucho tiempo. Otro problema era el gasto. Muchos jugadores no tenían dinero para viajar tan lejos, aunque la FIFA prometió pagar algunos gastos de viaje. Además, los equipos europeos no querían perder a sus mejores jugadores durante dos meses: ¡ese era el tiempo que estarían fuera!
 
Como resultado, algunos de los mejores equipos (Inglaterra, Italia, España, Alemania y Holanda) se quedaron fuera. Los organizadores se pusieron nerviosos. ¿Había suficientes equipos para competir en Uruguay? Rimet intervino y convenció a Bélgica, Francia, Rumanía y Yugoslavia para que participaran. El Rey Carol II de Rumanía seleccionó al equipo de su país y les dio a los jugadores tres meses de vacaciones.
 
Al final, con la incorporación de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, México, Paraguay, Perú y Estados Unidos, trece equipos compitieron en la primera Copa Mundial.
 
En la Copa Mundial, hay una serie de partidos de eliminación para llegar a la final. El 15 de julio de 1930, Argentina y Francia disputaron el segundo partido de la Copa Mundial. Fue un partido muy reñido, en el que ambos equipos controlaron bien el balón y defendieron sus porterías. Cuando se cumplieron los ochenta minutos, el partido estaba sin goles. Entonces, en el minuto ochenta y uno, el argentino Luisito Monti marcó. Francia estaba debajo por uno y jugó aún más fuerte. De repente, el árbitro hizo sonar su silbato. El partido había terminado. Argentina había ganado.
 
Pero, ¡no tan rápido!
 
El árbitro se había equivocado. ¡Quedaban aún seis minutos de juego! Los jugadores tuvieron que volver al campo. Algunos ¡tuvieron que salir corriendo de las duchas de los vestuarios!
 
Pero al final, incluso con el tiempo adicional, Francia perdió el partido.
 
El último partido fue entre dos países sudamericanos, Uruguay y Argentina. Uno de los jugadores estrella de Argentina era el delantero de 20 años Francisco “Pancho” Varallo. Él se había perdido el partido de semifinales por una lesión en la rodilla.
 
Antes de la final, Varallo fue examinado por un médico que dijo que su rodilla estaba demasiado hinchada para jugar. Pero el médico era el hijo del presidente de Uruguay, y Varallo pensó que le habían dado un diagnóstico falso ¡solo para que no jugara! Varallo entrenó y sintió que su rodilla estaba bien, y decidió jugar. En el vestuario, antes del partido, Varallo leyó algunos telegramas enviados por los aficionados, y rompió a llorar ante las palabras de apoyo.
 
Casi setenta mil aficionados abarrotaron el Estadio Centenario de Montevideo. Los ánimos estaban caldeados. Se llamó a la policía para que registrara a los fanáticos en busca de armas. Querían que todos estuvieran seguros. Cuando Varallo estrechó la mano de sus rivales al comienzo del partido, le dijeron que le golpearían su rodilla en el campo. Y así fue. En el descanso, apenas podía correr. Pero siguió jugando.
 
Muchos de los jugadores argentinos estaban asustados cuando salieron al campo en el segundo tiempo. La hinchada uruguaya se fue saliendo de control. Y aunque la escuadra argentina luchó mucho, cayó ante Uruguay por un marcador de 4-­2. Varallo dijo más tarde: “Desde lo mejor hasta lo peor, ese día pasó de todo”.
 
La primera Copa Mundial había terminado, y fue un gran éxito. Ahora la FIFA tenía cuatro años para planificar un torneo aún más grande y mejor.
 
 
CAPÍTULO 2: La racha ganadora de Italia en 1934 y 1938
 
 
Treinta y dos países se presentaron a la siguiente Copa Mundial, y dieciséis consiguieron entrar. Italia fue elegida como anfitriona, pero Uruguay se negó a participar. Seguían molestos porque Italia no había jugado en su Copa Mundial. Así que, por despecho, se retiraron.
 
Uruguay no era el único país descontento con la elección de Italia. En aquella época, el país estaba gobernado por un terrible dictador, Benito Mussolini. Muchos temían que Mussolini utilizara la Copa Mundial para promocionarse como líder de Italia. Suecia se ofreció para organizar el torneo, pero al final pareció que Italia estaba mejor preparada para acoger el torneo.
 
Los primeros partidos comenzaron el 27 de mayo en ocho ciudades de Italia, y la final se celebró el 10 de junio en Roma entre Checoslovaquia e Italia. Mussolini estaba allí. Checoslovaquia marcó el primer gol y los hinchas italianos se pusieron nerviosos y furiosos. Mussolini permaneció sentado en las gradas, en silencio, mirando a los jugadores en el campo. Algunos dicen que Mussolini le había dicho al entrenador italiano que no admitiría una derrota.
 
En el minuto ochenta y uno, Raimondo Orsi hizo un disparo y... ¡GOL! Y en los primeros cinco minutos de la prórroga, el italiano Angelo Schiavio marcó el gol de la victoria. Una vez más, el equipo anfitrión había ganado la Copa Mundial.
 
Cuatro años después, la Copa Mundial se celebró en Francia.
 
Una vez decididas las naciones participantes, los equipos compitieron por una de las dieciséis plazas de finalista. Austria estaba entre ellos. El único problema era que, en junio de 1938, Austria ya no existía como país. Había sido invadida y unificada con Alemania.
 
Como resultado, los mejores jugadores de fútbol de Austria debían jugar para Alemania. Pero uno de los mejores jugadores austríacos, Matthias Sindelar, se negó. De nuevo, fue una cuestión de política. Sindelar no apoyaba al terrible líder alemán, Adolfo Hitler.
 
El equipo alemán se quedó sin Sindelar. Menos de un año después, lo encontraron muerto. Algunos piensan que fue asesinado por sus ideas políticas.
 
Alemania seguía teniendo un equipo fuerte, incluso sin Sindelar, y esto complacía a Hitler. Pero Mussolini no iba a dejar que el equipo de Hitler ganara la Copa Mundial. Según la leyenda, Mussolini envió al equipo italiano un mensaje muy corto pero claro: “Ganar o morir”. Algunos pensaron que este mensaje significaba que el equipo se esforzara al máximo, pero otros creían que Mussolini no estaba bromeando: Si el equipo perdía, ¡los mataría a todos!
 
En cualquier caso, Alemania quedó fuera del torneo antes de tiempo, al perder contra Suiza por 4-­2. A pesar de que un jugador suizo marcó un gol en contra (para los alemanes), los suizos marcaron cuatro goles para eliminar al equipo alemán.
 
Italia paseó la distancia, pero no sin algunos momentos insólitos. En el partido de semifinales contra Brasil, el delantero de Italia, Giuseppe Meazza, se disponía a lanzar un penalti cuando ¡se le cayó el short! Manteniendo la calma, Meazza se levantó el short y estrelló el balón contra la red.
 
En el partido final contra Hungría, Italia ganó 4-­2. Después del partido, el portero húngaro, que al parecer había oído la historia de la amenaza de Mussolini al equipo italiano, dijo: “Puede que hayamos perdido el partido, pero hemos salvado once vidas”. No imaginaba que, a partir del próximo año, se perderían muchas más vidas en la Segunda Guerra Mundial, vidas de aficionados y jugadores.
 
Y nadie sabía que el mundo tendría que esperar doce años para ver otro partido de la Copa Mundial.

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Cada cuatro años, treinta y dos de los mejores equipos de fútbol masculino de todo el mundo compiten por el título de campeón de la Copa Mundial de la FIFA. Más de mil millones de personas sintonizaron sus TV en todo el mundo para ver el partido final de la competición de 2014, lo que convierte a la Copa del Mundo en el acontecimiento deportivo más visto del planeta, ¡incluso por encima de los Juegos Olímpicos de verano! Este libro repasa lo que ha cambiado desde el primer torneo en 1930 y lo que le espera al deporte más popular del mundo.
 
Every four years, thirty-two of the best men's soccer teams from across the globe compete for the title of FIFA World Cup winner. Over one billion people tuned in worldwide to watch the final game of the 2014 competition, making the World Cup the most widely viewed sporting event in the world, exceeding even the Summer Olympics! This book takes a look back at what has changed since the first tournament in 1930 and what lies ahead for the most popular sport in the world.

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Bonnie Bader has written several Penguin Young Readers. She lives in Brooklyn, New York. View titles by Bonnie Bader
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¿Qué es la Copa Mundial?
 

Ciudad de México
 
 
El 21 de junio de 1970, más de cien mil aficionados al fútbol abarrotaron el Estadio Azteca. Estaban allí para ver la final de la Copa Mundial entre Brasil e Italia. Por primera vez, dos bicampeones de la Copa Mundial (Brasil en 1958 y 1962, e Italia en 1934 y 1938) se enfrentarían.
 
También fue la primera vez que un partido de la Copa Mundial se televisó en color, no en blanco y negro. Los jugadores brasileños vestidos con camisetas amarillo canario y shorts azul claro, y los italianos, de azul y blanco, corrían de un lado a otro sobre el césped verde intenso.
 
A los veinte minutos de juego, la estrella brasileña Pelé remató de cabeza el balón y superó al portero italiano. Brasil ganaba 1-­0. Luego, Italia igualó el marcador. La tensión aumentó. Pero el equipo brasileño era fuerte. Regatearon y pasaron el balón de un lado a otro del campo y ¡GOL!
 
Brasil iba ganando por un punto. ¿Podrían mantener la ventaja? Eso parecía. Cinco minutos más tarde, Brasil marcó otro gol, poniendo el marcador 3-­1.
 
Entonces, un delantero brasileño en el lateral izquierdo pasó el balón a un compañero que regateó entre cuatro jugadores italianos. Tras otro pase, Pelé tenía el control del balón. Con calma, con tranquilidad, sereno, Pelé pasó el balón al capitán del equipo, Carlos Alberto, quien lo estrelló con su pie derecho en la esquina de la red. Los aficionados brasileños enloquecieron. Brasil no solo había asegurado la victoria, sino que el mundo acababa de presenciar uno de los goles más bellos y memorables de la historia de la Copa Mundial.
 
 
CAPÍTULO 1: El inicio de los Juegos
  
 
Cada cuatro años, los aficionados al fútbol abarrotan los estadios de todo el planeta para animar a sus equipos en la Copa Mundial. Varios millones más ven los partidos por televisión. El Mundial, como también es conocida la Copa, es el evento deportivo más visto en el mundo.
 
El soccer, conocido fuera de Estados Unidos como fútbol, se jugó por primera vez en 1863 en Inglaterra. Poco después, varios clubes se unieron formando la London Football Association (Asociación de Fútbol de Londres). Desde entonces, este deporte ganó rápidamente popularidad en todo el mundo. ¿Por qué? Porque el fútbol es un deporte muy fácil de jugar. Todo lo que se necesita (además de los jugadores) es un campo y un balón. Las porterías se pueden hacer con cualquier cosa: cubos de basura, conos, incluso mochilas. Pero en los partidos oficiales hay reglas sobre el campo, el balón y el equipo que usan y llevan los jugadores.
 
En 1904, se fundó en París una organización internacional de fútbol llamada Fédération Internationale de Football Association (Federación Internacional de Fútbol Asociado), o FIFA. Al principio solo siete países eran miembros: Francia, Bélgica, Dinamarca, Holanda, España, Suecia y Suiza. Al año, el número aumentó a quince tras la adhesión de Alemania, Austria, Inglaterra, Hungría, Irlanda, Italia, Escocia y Gales. La FIFA quería celebrar un torneo en 1906. Pero nunca se celebró. ¿Por qué? ¡Porque ninguno de los equipos envió una solicitud para jugar!
 
En 1924, la FIFA tenía un nuevo presidente, Jules Rimet. En los Juegos Olímpicos de Verano de 1928, Rimet y el congreso de la FIFA intentaron de nuevo organizar un campeonato de fútbol internacional.
 
Uruguay, que había ganado la medalla de oro olímpica de fútbol, fue seleccionado para organizar la primera Copa Mundial.
 
Sin embargo, algunos países de la FIFA no estaban de acuerdo. Uruguay está en Sudamérica, y se quejaron de que tardaría demasiado llegar allí. Por entonces, se viajaba en barco, y tomaba mucho tiempo. Otro problema era el gasto. Muchos jugadores no tenían dinero para viajar tan lejos, aunque la FIFA prometió pagar algunos gastos de viaje. Además, los equipos europeos no querían perder a sus mejores jugadores durante dos meses: ¡ese era el tiempo que estarían fuera!
 
Como resultado, algunos de los mejores equipos (Inglaterra, Italia, España, Alemania y Holanda) se quedaron fuera. Los organizadores se pusieron nerviosos. ¿Había suficientes equipos para competir en Uruguay? Rimet intervino y convenció a Bélgica, Francia, Rumanía y Yugoslavia para que participaran. El Rey Carol II de Rumanía seleccionó al equipo de su país y les dio a los jugadores tres meses de vacaciones.
 
Al final, con la incorporación de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, México, Paraguay, Perú y Estados Unidos, trece equipos compitieron en la primera Copa Mundial.
 
En la Copa Mundial, hay una serie de partidos de eliminación para llegar a la final. El 15 de julio de 1930, Argentina y Francia disputaron el segundo partido de la Copa Mundial. Fue un partido muy reñido, en el que ambos equipos controlaron bien el balón y defendieron sus porterías. Cuando se cumplieron los ochenta minutos, el partido estaba sin goles. Entonces, en el minuto ochenta y uno, el argentino Luisito Monti marcó. Francia estaba debajo por uno y jugó aún más fuerte. De repente, el árbitro hizo sonar su silbato. El partido había terminado. Argentina había ganado.
 
Pero, ¡no tan rápido!
 
El árbitro se había equivocado. ¡Quedaban aún seis minutos de juego! Los jugadores tuvieron que volver al campo. Algunos ¡tuvieron que salir corriendo de las duchas de los vestuarios!
 
Pero al final, incluso con el tiempo adicional, Francia perdió el partido.
 
El último partido fue entre dos países sudamericanos, Uruguay y Argentina. Uno de los jugadores estrella de Argentina era el delantero de 20 años Francisco “Pancho” Varallo. Él se había perdido el partido de semifinales por una lesión en la rodilla.
 
Antes de la final, Varallo fue examinado por un médico que dijo que su rodilla estaba demasiado hinchada para jugar. Pero el médico era el hijo del presidente de Uruguay, y Varallo pensó que le habían dado un diagnóstico falso ¡solo para que no jugara! Varallo entrenó y sintió que su rodilla estaba bien, y decidió jugar. En el vestuario, antes del partido, Varallo leyó algunos telegramas enviados por los aficionados, y rompió a llorar ante las palabras de apoyo.
 
Casi setenta mil aficionados abarrotaron el Estadio Centenario de Montevideo. Los ánimos estaban caldeados. Se llamó a la policía para que registrara a los fanáticos en busca de armas. Querían que todos estuvieran seguros. Cuando Varallo estrechó la mano de sus rivales al comienzo del partido, le dijeron que le golpearían su rodilla en el campo. Y así fue. En el descanso, apenas podía correr. Pero siguió jugando.
 
Muchos de los jugadores argentinos estaban asustados cuando salieron al campo en el segundo tiempo. La hinchada uruguaya se fue saliendo de control. Y aunque la escuadra argentina luchó mucho, cayó ante Uruguay por un marcador de 4-­2. Varallo dijo más tarde: “Desde lo mejor hasta lo peor, ese día pasó de todo”.
 
La primera Copa Mundial había terminado, y fue un gran éxito. Ahora la FIFA tenía cuatro años para planificar un torneo aún más grande y mejor.
 
 
CAPÍTULO 2: La racha ganadora de Italia en 1934 y 1938
 
 
Treinta y dos países se presentaron a la siguiente Copa Mundial, y dieciséis consiguieron entrar. Italia fue elegida como anfitriona, pero Uruguay se negó a participar. Seguían molestos porque Italia no había jugado en su Copa Mundial. Así que, por despecho, se retiraron.
 
Uruguay no era el único país descontento con la elección de Italia. En aquella época, el país estaba gobernado por un terrible dictador, Benito Mussolini. Muchos temían que Mussolini utilizara la Copa Mundial para promocionarse como líder de Italia. Suecia se ofreció para organizar el torneo, pero al final pareció que Italia estaba mejor preparada para acoger el torneo.
 
Los primeros partidos comenzaron el 27 de mayo en ocho ciudades de Italia, y la final se celebró el 10 de junio en Roma entre Checoslovaquia e Italia. Mussolini estaba allí. Checoslovaquia marcó el primer gol y los hinchas italianos se pusieron nerviosos y furiosos. Mussolini permaneció sentado en las gradas, en silencio, mirando a los jugadores en el campo. Algunos dicen que Mussolini le había dicho al entrenador italiano que no admitiría una derrota.
 
En el minuto ochenta y uno, Raimondo Orsi hizo un disparo y... ¡GOL! Y en los primeros cinco minutos de la prórroga, el italiano Angelo Schiavio marcó el gol de la victoria. Una vez más, el equipo anfitrión había ganado la Copa Mundial.
 
Cuatro años después, la Copa Mundial se celebró en Francia.
 
Una vez decididas las naciones participantes, los equipos compitieron por una de las dieciséis plazas de finalista. Austria estaba entre ellos. El único problema era que, en junio de 1938, Austria ya no existía como país. Había sido invadida y unificada con Alemania.
 
Como resultado, los mejores jugadores de fútbol de Austria debían jugar para Alemania. Pero uno de los mejores jugadores austríacos, Matthias Sindelar, se negó. De nuevo, fue una cuestión de política. Sindelar no apoyaba al terrible líder alemán, Adolfo Hitler.
 
El equipo alemán se quedó sin Sindelar. Menos de un año después, lo encontraron muerto. Algunos piensan que fue asesinado por sus ideas políticas.
 
Alemania seguía teniendo un equipo fuerte, incluso sin Sindelar, y esto complacía a Hitler. Pero Mussolini no iba a dejar que el equipo de Hitler ganara la Copa Mundial. Según la leyenda, Mussolini envió al equipo italiano un mensaje muy corto pero claro: “Ganar o morir”. Algunos pensaron que este mensaje significaba que el equipo se esforzara al máximo, pero otros creían que Mussolini no estaba bromeando: Si el equipo perdía, ¡los mataría a todos!
 
En cualquier caso, Alemania quedó fuera del torneo antes de tiempo, al perder contra Suiza por 4-­2. A pesar de que un jugador suizo marcó un gol en contra (para los alemanes), los suizos marcaron cuatro goles para eliminar al equipo alemán.
 
Italia paseó la distancia, pero no sin algunos momentos insólitos. En el partido de semifinales contra Brasil, el delantero de Italia, Giuseppe Meazza, se disponía a lanzar un penalti cuando ¡se le cayó el short! Manteniendo la calma, Meazza se levantó el short y estrelló el balón contra la red.
 
En el partido final contra Hungría, Italia ganó 4-­2. Después del partido, el portero húngaro, que al parecer había oído la historia de la amenaza de Mussolini al equipo italiano, dijo: “Puede que hayamos perdido el partido, pero hemos salvado once vidas”. No imaginaba que, a partir del próximo año, se perderían muchas más vidas en la Segunda Guerra Mundial, vidas de aficionados y jugadores.
 
Y nadie sabía que el mundo tendría que esperar doce años para ver otro partido de la Copa Mundial.